jueves, 28 de octubre de 2010

En una noche de febrero particularmente fría, se abraza a sí misma mientras camina descalza por una calle de superficies poco acogedoras. Necesitando de sabores dulces, se escabulle entre pasajes y recovecos en búsqueda de su ansiado y desconocido almíbar, ante la mirada de extraños personajes que la escudriñan hasta provocarle nauseas.
Cruza la calle hasta la otra vereda.
Un segundo y su boca imagina el sabor de lo dulce, inundándose de una exquisita sensación que sacia su necesidad en rápidos bocados. Otro segundo y la imagen se desvanece, luego de confirmar que la noche continúa igual de fría e inhóspita.
Tanto las lágrimas derramadas como las contenidas se anulan aguardando por delicados intentos de ser consoladas.

martes, 26 de octubre de 2010



Salto y rozo el cielo, caigo en dos pies y me vuelvo a impulsar hacia un vuelo que traspasa toda lógica.
El aire tibio me mece,  acurrucándome en sus brazos eternos, pero las nubes celosas me miran con desprecio. Pobres de ellas que no saben más que llorar.
Me poso sobre una muy blanca, que al instante se torna gris. Introduzco las manos y luego mi cuerpo entero, enredándose mi pelo con las ínfimas partículas de cristales de hielo, empapándome por completo, hasta congelarme.

Sabio es el viento que provoca su descenso con dulces y tiernos resoplos, hasta que el hielo se debilita y la nube estalla en llanto, dejándome caer convertida en gota.

domingo, 24 de octubre de 2010

Respiro

La turbiedad se aclara con cada respiro racional.
Siempre enemiga de toda objetividad, me acerco y cobijo en ella buscando su perdón por tantos años de indiferencia.
Vuelvo a nacer, a reconstruirme como persona, a ser alma independiente que se desprende de toda culpa.
Brota en primavera  la mujer que anhela, ríe y sueña despierta, dando inicio al ritual de sanación y olvido.

lunes, 18 de octubre de 2010

Luto

Luzco tal cual siento.
Visto un luto invisible más real que cualquier trozo de género negro.
El dolor de la pérdida se multiplica con las horas, me desgarra y consume.
La culpa de un acto irracional se entremezcla entre los pensamientos de momentos maravillosos e inmortales.
El arrepentimiento se desayuna la punta  de mis pies pequeños y de arco pronunciado; planea devorarme  hasta el corazón destrozado, pero  lamentablemente  ya no sirve ni siquiera de alimento.

sábado, 16 de octubre de 2010

Desprenderse

Las letras son lo único que tengo para armar e intentar ordenar el puzzle en el que me convertí días atrás. Esas tímidas letras y su magia de rearmar en palabras y luego frases, los sentimientos revueltos dentro de una cabeza loca y corazón roto.
Te  marchas y no hay más que desnudez. Mi alma se despoja y vacía de su contenido que para todos es un misterio; contenido vital para dar brillo a los ojos y generar sonrisas.
Se apaga la luz en esta historia, pero tu perfume permanece  impregnado en mis  sábanas violeta. Aún puedo escuchar tu risa en los espacios vacíos, mientras el té se enfría esperando que lo bebas.