Lágrimas mezquinas incapaces de contener la angustia de quien se despoja.
Me sumerjo en tus ojos dormidos, te escucho en el vacío indomable.
Malditas lágrimas que no logran dar consuelo al espíritu que sangra.
Con fuerza te empujo hacia mi vientre, duermes una siesta, bostezas en la penumbra.
Intenso ardor del alma muerta que exhala el último suspiro de amor ciego.
Muy lento te libero, más lento aún olvido.
Poderosa y despiadada convicción que arrasa toda certeza de inmortalidad.
Descalza beso tu frente, descalza camino hacia atrás.
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