domingo, 31 de julio de 2011

Las letras avanzan decididas por el laberinto dentro cual despertaron no hace mucho. Los callejones sin salida se encargan de espolvorear el camino con desesperanza y oscuridad, al tiempo que las esbeltas consonantes se unen a las laboriosas vocales transmutando en poderosas cadenas que barren con todo y cuyas estelas tatúan sobre el camino frases que se vuelven indelebles en instantes. Pronto, nadie podrá evitar los versos ni las dedicatorias. Ni siquiera el viento podrá echar al suelo el significado que se esconde detrás de cada palabra.